Con indignación y miedo.
Con indignación y miedo. Así ha recibido la vasta comunidad latina de Estados Unidos el discurso ante el Congreso de Donald Trump.
En la ciudad de Los Ángeles, que cuenta con la mayor proporción de latinos de todo el país, con casi seis millones de residentes de origen hispano, se ha seguido con atención y preocupación las pretensiones en política migratoria del republicano.
“La verdad es que me sentí un poco desanimada al oír su discurso porque sonaba a que quería sembrar el miedo y utilizar a los inmigrantes como chivos expiatorios. Cuando hablaba de los inmigrantes utilizaba un discurso criminalizador insistiendo en los malos”, decía una activista por los derechos de los inmigrantes.
“Vamos a seguir aquí protegiéndonos los unos a los otros y resistiendo a todos los ataques que nos lance esta administración”, apuntaba un inmigrante filipino.
A pesar del tono un poco más conciliador y moderado que quiso darle Trump a su discurso, la fractura social que ha creado su nombramiento sigue estando presente. Antes de su alocución ante el Congreso, varios estadounidense se congregaron delante de la Casa Blanca para protestar contra sus políticas.