Un zoo ruso pone una denuncia por acoso sexual a uno de sus mapaches

Un zoo ruso pone una denuncia por acoso sexual a uno de sus mapaches
Por Euronews
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Un zoológico de Moscú, que permite a sus visitantes acariciar y acercarse a los animales, ha puesto una demanda a una agencia de publicidad que alquiló uno de sus mapaches para una sesión de…

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Un zoológico de Moscú, que permite a sus visitantes acariciar y acercarse a los animales, ha puesto una demanda a una agencia de publicidad que alquiló uno de sus mapaches para una sesión de fotos.

El zoo se llama “Los animales no son juguetes” y alega que el animal está traumatizado, desmoralizado y sufrió acoso sexual después de la sesión fotográfica de la agencia Art-Mask.

El cliente era una empresa de vende sábanas y mantas y la agencia decidió hacer las fotos con una mujer en top-less, sólo cubierta por el mapache.

Los responsables del zoo aseguran que descubrieron que se trataba de fotos de desnudo cuando fueron publicadas por la prensa.

Piden al juez que se indemnice al zoológico por los “daños morales” sufridos por le mapache y que decrete la retirada de las fotografías de Internet.

El zoo ha presentado una segunda demanda para que el tribunal prohíba el uso de animales en sesiones de fotos eróticas, por considerarlo una violación de los derechos de los animales. Argumentan que utilizar un mapache en una “publicidad sexual” tiene un impacto negativo en la opinión pública sobre la percepción de los animales.

El zoológico denuncia una idea “zoofílica e inmoral”.

Por su parte la agencia publicitaria considera “absurdo” este asunto y —no sabemos si en serio o en broma— denuncia que la culpa es del mapache, porque robó la ropa interior de la modelo y se la comió.

De hecho han proporcionado imágenes del Mapache mordisqueando el sujetador de la joven así que quizás, es un argumento serio en su defensa.

Las leyes rusas apenas protegen a los animales, por lo que es poco probable que se tenga en cuenta la demanda del zoológico.

Lo curioso es que la demanda sea interpuesta por un “zoológico de contacto”, que permite a los visitantes manosear a los animales.

Una aberración para las organizaciones protectoras de los animales que piden el cierre de estos centros.

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