Nunca pensaron que volver a casa sería un alivio.
Nunca pensaron que volver a casa sería un alivio. Estos 169 migrantes se marcharon de Gambia en busca del sueño europeo. Pero, después de una penosa travesía por el desierto, al llegar a Libia fueron hechos prisioneros y llevados a campos de detención controlados por mafias de milicianos.
La mayoría son varones jóvenes, pero en el grupo también hay mujeres y niños. La Organización Internacional para las Migraciones y el Gobierno gambiano consiguieron su liberación.
.#MSF advierte de q 1acuerdo político q ponga fin a migración/búsqueda refugio desde .#Libia es 1“ficción peligrosa” https://t.co/S2ogZs5Mgm
— SolidaridadRefugiadx (@SolidaridEstela) 4 de abril de 2017
“Disparaban a la gente en las piernas, en la cabeza, en cualquier parte. Te tratan como a un perro. Respetan más a un perro que a un negro”, recuerda Faramu Keitia. “Hay 29 cárceles allí, en las que solo ves a negros”.
“Esta noche lo celebraré, gracias a Dios”, cuenta Mulu Badjie. “Algunos de mis amigos han muerto delante de mí, otros están heridos, les dispararon. A mí solo me golpearon, y ya me he recuperado del dolor”.
Si salvar vidas en el #Mediterráneo es un crimen, #MSF es culpable de salvar más de 47.000 #VíasSeguraspic.twitter.com/rJYZe2fISF
— MédicosSinFronteras (@MSF_Espana) 1 de abril de 2017
Algunos de ellos han vivido más de un año de auténtico infierno: hacinados en hangares insalubres, sufriendo todo tipo de abusos, sin apenas comida y agua. Les robaron el pasaporte y el dinero.
ONG como Médicos sin Fronteras, que trabajan sobre el terreno, piden a la Unión Europea que busque otra forma de evitar el tráfico de inmigrantes por el Mediterráneo.
Londres financia los campos de detención en Libia donde se encierra indefinidamente a los solicitantes de asilo. https://t.co/w84JI1JZ0G
— Iñigo S. Ugarte (@Guerraeterna) 11 de marzo de 2017