Arkansas ejecutó anoche al primero de los ocho reos que quiere ajusticiar antes de que acabe el mes.
Arkansas ejecutó anoche al primero de los ocho reos que quiere ajusticiar antes de que acabe el mes.
Se trata de Ledell Lee, un afroamericano de 51 años que hace 22 años fue condenado a muerte por violar y asesinar a una mujer.
Si nada lo impide, en los próximos días otros siete presos que también han agotado todos sus recursos legales, recibirán la misma inyección letal que acabó con su vida.
La razón de planificar tantas ejecuciones en tan poco tiempo no es otra que uno de los componentes del cóctel letal va a caducar, según la Coalición para abolir la pena de muerte de Arkansas, que añade que el gobernador, que es un firme defensor de las ejecuciones, prefiere que se utilice antes de que se eche a perder.
La presión de los detractores de la pena de muerte ha empujado a muchas farmacéuticas a negarse a abastecer a los establecimientos penitenciarios estadounidenses.
Es la primer vez que Arkansas ejecuta un reo en los últimos 12 años.