China accepta importar ternera estadounidense y gas licuado, a cambio de que Washington se comprometa a estudiar el levantamiento de las barreras al pollo de este país. Son los primeros resultados de las negociaciones que empezaron con la visita del presidente Xi Jimping a su nuevo homólogo estadounidense Donald Trump en Florida a principios de abril pasado.
“Ambas partes nos hemos puesto de acuerdo en que extenderemos el plan de cooperación econonómica de cien días entre China y Estados Unidos a un año y reforzaremos las acciones con el objetivo de promover el intercambio comercial entre los dos países”, resumió el viceministro de Finanzas chino, Zhuo Guangyao.
En concreto, Pekín autorizará de aquí a mediados de julio las importaciones de ternera, bajo embargo desde hace trece años. En el acuerdo, también se incluye el gas licuado y servicios financieros como el uso de tarjetas de crédido. En contrapartida, Washington aclarará los requIsitos para la entrada de pollo chino. Algo que destensa las relaciones entre ambos países, aunque aun queda el espinoso tema del acero.