Theresa May y Jeremy Corbyn pisan el acelerador a diez días de las elecciones en el Reino Unido. Después de la convulsión que supuso el atentado de Mánchester, la líder conservadora británica y su rival del Partido Laborista han retomado de lleno sus campañas. Este lunes respondieron por separado a las preguntas del público en un programa de televisión.
May se centró en el que considera su punto fuerte, el “brexit”, repitiendo como un mantra que prefiere que “no haya acuerdo antes que un mal acuerdo”. No obstante insistió en que su objetivo es “obtener un buen acuerdo de la Unión Europea”.
Corbyn, por su parte, explicó que, si llega a gobernar, no pondrá tope a la inmigración y su prioridad será lograr un acceso sin tarifas de los productos británicos al mercado europeo.
“Aceptamos los resultados del referéndum, se celebró, sucedió y lo aceptamos. Y la prioridad debe ser negociar un acceso libre de aranceles al mercado europeo para proteger los trabajos en este país. Eso es lo que haríamos. Se trata de la futura relación con Europa porque, después de todo, son nuestros vecinos más próximos”.
En dos semanas, Corbyn ha reducido a la mitad la importante ventaja que los tories tenían sobre los laboristas y que, según las encuestas, ahora sería de entre 5 y 11 puntos porcentuales.