La inflación en el Reino Unido alcanza su nivel más alto en cuatro años. Subió en mayo hasta el 2,9%, dos décimas más que el mes precedente.
Un aumento inesperado que mantinene la inflación por encima del objetivo del 2%, fijado por el Banco de Inglaterra (BoE), pero que tiene sus consecuencias. Los precios suben, especialmente los alimentos y las prendas de vestir, también el suministro eléctrico. Una preocupación más para los consumidores que ven cómo aumenta el precio de bienes y servicios para las vacaciones o la cultura, la cesta de la compra y la vivienda en un momento de gran incertidumbre política tras las elecciones de la semana pasada.
Mucha presión para una posible subida de tipos de interés en la reunión del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) prevista para finales de esta semana.
Con EFE, Reuters