El Congreso aprueba el polémico cupo vasco en medio de un encendido debate sobre la financiación económica.
Con los votos a favor de PP, PSOE y Podemos y el rechazo de Ciudadanos y Compromís, el pleno aprobó este jueves la ley de actualización de la financiación vasca. En resumen, se trata de la cantidad que esta comunidad paga cada año al Estado por las competencias no transferidas.
Una cifra, 1300 millones de euros, que para Albert Rivera está muy lejos de lo que debería ser y que no hace justicia al resto de comunidades autónomas. Para el líder de la formación naranja, la aprobación del cupo vasco obedece a intereses políticos, teniendo en cuenta el voto a favor de los presupuestos por parte del PNV, algo que el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro se ha encargado de negar.
Ciudadanos y Compromís, así como muchas voces socialistas a lo largo de los últimos días, también lamentan que ya se haya antepuesto la ley del cupo a la del modelo de financiación autonómica, pendiente de renovación desde 2014 y sobre la que Montoro ha prometido que se está trabajando.
El cupo vasco, revisable cada cinco años, no varía desde 1982. El País Vasco paga el 6,24% de la renta estatal, un porcentaje para muchos expertos apropiado hace 30 años pero nada acorde el crecimiento que ha experimentado esta comunidad en las últimas décadas.