A Lula le han abierto las puertas de la cárcel. En una apretadísima votación, el Tribunal Supremo brasileño ha rechazado por 6 votos a 5 el habeas corpus con el que el expresidente trataba de evitar su entrada en prisión.
Lula da Silva ha recibido como un mazazo la decisión del Tribunal Supremo brasileño, que le abre las puertas de la cárcel. Sin mediar palabra, sin dirigirse a la militancia, el expresidente se fue a su casa en la localidad de Sao Bernardo dos Campos en cuanto vio que la votación en la corte se inclinaba en su contra.
En el Supremo, el debate fue agotador. Once horas de enconada discusión entre los 11 magistrados. "Yo estoy de acuerdo con el relator y voto también para denegar la petición", dijo la presidenta del tribunal, Cármen Lúcia, anunciando el color de la decisión.
Al final, seis votaron en contra de conceder el habeas corpus a Lula frente a los cinco favorables al recurso, con el que el popular político brasileño quería evitar o, al menos, posponer su entrada en prisión.
Así las cosas, Lula tiene ya un pie en la cárcel. La fecha de su ingreso depende del mismo tribunal que le condenó en enero a 12 años de cárcel por corrupción y todo apunta a que será a finales de mes.
Partidarios y detractores de Lula, concentrados por todo el país, han seguido con enorme expectación el debate en el Supremo, pero mientras unos lloraban abatidos, los otros, saltaban de alegría.
Para el Partido de los Trabajadores, fundado por Lula, este "es un día trágico para la democracia y para Brasil".