Daniel Ortega tilda a los obispos de "golpistas" que levantan "sectas satánicas". El presidente nicaragüense, que se ha dado un baño de masas sandinistas en el aniversario de la revolución, también se ha dicho víctima de una conspiración con financiación extranjera.
En plena crisis sociopolítica en Nicaragua, con más de 350 muertos en 3 meses, Daniel Ortega se ha dado un baño de masas sandinistas para celebrar el 39 aniversario de la revolución. Las banderas rojinegras del FSLN tiñeron la Plaza de la Fe de Managua, donde miles de personas dieron su espaldo al presidente.
En su discurso, Ortega cargó contra los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a los que tildó de "golpistas", que promueven el levantamiento de "sectas satánicas y asesinas". También se dijo víctima de una conspiración armada y financiada desde el extranjero.
"Ha sido una batalla dolorosa. Dolorosa porque hemos enfrentado una conspiración armada y financiada por fuerzas internas que todos conocemos y por fuerzas externas que totalmente identificamos", dijo Ortega, entre los aplausos y vítores de sus seguidores.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyas banderas ondean por Ortega, es la guerrilla que en 1979 derrocó a la dictadura de los Somoza. Aunque en la década siguiente perdió el poder en un violento conflicto con los contrarrevolucionarios armados por Estados Unidos.
La vuelta de los sandinistas al gobierno fue a través de las urnas. Daniel Ortega gobernó entre 1984 y 1990. Y desde 2006 ha ido revalidando victorias electorales.
A su gobierno lo acusan ahora de repetir prácticas del propio Somoza y de aferrarse al poder, utilizando a las fuerzas sandinistas para aplastar las protestas populares que el desde el 18 de abril exigen la renuncia del presidente.