Más fragmentación y división en el nacionalismo catalán con la creación de la Crida, el movimiento político impulsado por Carles Puigdemont.
Más fragmentación y división en el nacionalismo catalán con la creación de la Crida, el movimiento político impulsado por Carles Puigdemont.
La Crida Nacional aboga por la desobediencia, y en contra de lo que esperaba el PDeCAT, se convertirá en partido político aunque no llegará a las elecciones municipales de 2019.
Se constituirá de manera formal en enero, coincidiendo con la apertura del juico oral por el intento independentista de octubre del 2017.
"Abrimos la puerta a todos los que comparten la necesidad de avanzar de manera sólida, firme y conjunta hacia el reconocimiento internacional de la República Catalana." dijo Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, poniendo énfasis en las listas unitarias para las elecciones.
Pero, ni las elecciones, ni la ocupación de las instituciones son la clave para la CRIDA, sino la desobediencia, entendida como "una acción necesaria" ante lo que consideran "la injusticia de los poderes del Estado en su negativa a aceptar la demanda de autodeterminación".
Entre los políticos más destacados estaban Quim Torra, Elsa Artadi y Miquel Buch, pero nadie relevante del PDeCAT.