La concentración de partículas finas altamente nocivas para la salud alcanza valores peligrosos para la salud de los habitantes de la capital india.
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Se sabe que la calidad del aire en el norte de la India y en su capital, Nueva Delhi, es pésima.
La polución ha alcanzado este jueves niveles récord, tras la celebración de Diwali, la gran fiesta de las luces hindú, durante la que se lanzan millones de fuegos artificiales y petardos.
A diferencia de cuando sucede en muchos países, la conciencia medioambiental es relativa, aunque hay quienes han dicho basta.
"Me siento mal por la contaminación del aire, los ojos me arden. Incluso con medicamentos, no se cura. Sólo se cura si te marchas, quizás a Estados Unidos o a algún sitio donde el aire sea mucho mejor", explica una manifestante. "Básicamente por las tardes no podemos ir mucho rato a los parques. Si vamos a las cinco, a las seis estamos de vuelta. Todo está nublado y el cielo gris", comenta un joven.
La embajada estadounidense en Nueva Delhi registraba este mismo jueves a las 8:00 hora local, una concentración de más de 1.000 microgramos de partículas finas (PM 2.5) por metro cúbico de aire (μg/m3). La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 25 microgramos diarios de media (μg/m3).
"Hay propuestas brillantes que no son más que planes ambiciosos en un papel. No se ha puesto en marcha nada, el gobierno está aletargado. Es una emergencia de salud pública, los niveles son críticos. No hay tiempo que perder. Deben tomar medidas urgentes", ha señalado Navdha Malhotra, activista de la campaña Help Delhi Breathe.
Las medidas adoptadas por el primer ministro Narendra Modi no han servido para cambiar las cosas. Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, parece más preocupado por la renta de las familias, el precio del combustible y la creación de empleo.
A todo esto se une, la extrema pobreza de muchos habitantes de la ciudad cuya penuria es mucho más importante que la contaminación atmosférica.