El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el lunes de urgencia para escuchar las reclamaciones serbias tras la decisión de Kosovo de transformar en Ejército sus fuerzas de seguridad. Naciones Unidas solo pudo constatar su preocupación por la falta de avances en el diálogo entre ambas partes.
La tensión entre Serbia y Kosovo vuelve a inquietar a Naciones Unidas, cuyo Consejo de Seguridad se reunió el lunes de urgencia a petición de Belgrado, que considera que la creación de un Ejército en su antigua provincia viola las resoluciones de la ONU.
Prístina replica que es un país soberano y tiene derecho a su propio Ejército. El Subsecretario General de la ONU para las operaciones de paz, Jean-Pierre Lacroix, solo pudo constatar que el diálogo no avanza y mostró su preocupación por el riesgo de tensiones en Kosovo, sobre todo en la zona norte, de mayoría serbia.
La semana pasada, el parlamento kosovar aprobó por unanimidad y con el beneplácito de Estados Unidos y el Reino Unido la militarización de sus fuerzas de seguridad. En la actualidad están conformadas por unos 2.000 efectivos, un número que podría duplicarse.
Rusia y China, que, como algunos países de la UE, no reconocen la independencia de Kosovo, mostraron su desacuerdo en el Consejo de Seguridad.
Desde la guerra de secesión, que dejó más de 13.000 muertos y concluyó en 1999 con la intervención de la OTAN, la comunidad internacional (OTAN, ONU, UE) mantiene miles de efectivos desplegados en Kosovo. Este año, los ejercicios militares de la Alianza en Europa Oriental tuvieron lugar, precisamente, en este territorio.