El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, visita Hungría, Eslovaquia y Polonia para intentar frenar la influencia rusa y china.
PUBLICIDADMike Pompeo aterrizaba en Budapest, ocho años después de la última visita de un secretario de Estado estadounidense a Hungría.
Demasiado tiempo que han aprovechado países como Rusia y China para aumentar su influencia en Europa Central.
No oculta su temor ante la expansión de Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones, con equipos que según Washington, bien podrían ocultar otros propósitos, como el espionaje.
Todo sin olvidar el gas ruso.
"Respecto a Rusia, en Europa Occidental hay una sorprente hipocresía. Por un lado se critica, mientras simultáneamente las empresas rusas cierran negocios de millones de euros en Europa Occidental. Estados Unidos puede contar con Hungría como un aliado militar y de defensa", ha dicho el ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó.
Pompeo ha pedido a Hungría que no apoye el gasoducto TurkStream que impulsa el Kremlin para evitar el tránsito por Ucrania.
"He hablado con el ministro de Exteriores de la necesidad urgente de apoyar a los ucranianos en su cruzada por su soberanía e integridad territorial. No debemos permitir que Putin abra una brecha entre nuestros amigos y la OTAN. Los húngaros conocen muy bien por la historia que Rusia nunca será amiga de la libertad y la soberanía de las pequeñas naciones", ha destacado Pompeo.
Washington espera que esta visita sirva para terminar con una década de alejamiento estadounidense de Europa Central, un vacío que tanto Rusia como China han aprovechado.
Attila Magyar, euronews:
Algunos esperaban que Mike Pompeo hubiera censurado algunas de las políticas del Gobierno húngaro. Bien al contrario, el clima ha sido cordial, sin que se evidenciara tensión alguna.