La Nueva Ruta de la Seda pasa por el puerto italiano de Trieste

La Nueva Ruta de la Seda pasa por el puerto italiano de Trieste
Por Sergio Cantone
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Su posición estratégica, a orillas del Mar Adriático, y la capacidad de su plataforma ferroviaria son los aspectos que más atraen a Pekín.

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China ha puesto al puerto italiano de Trieste en su mapa económico de Europa.

Pekín quiere utilizar esta infraestructura, situada en el noreste de Italia, como uno de los puntos de entrada de sus mercancías en el Viejo Continente. Una puerta abierta de par en par a su Nueva Ruta de la Seda.

"En estos últimos años, China siempre ha querido aumentar sus exportaciones porque el crecimiento de su economía ha sufrido una pequeña caída, una ralentización, y, en consecuencia el Gobierno chino promueve la nueva ruta de la Seda para entrar en el mercado europeo", explica a euronews el representante de la comunidad china en Trieste, Qian Zhang.

Interés por su posición geográfica estratégica, a orillas del Mar Adriático, y por su plataforma ferroviaria capaz de transportar los contenedores hacia cualquier destino en Europa. Un proyecto con un gran atractivo económico que Italia tendrá negociar con habilidad.

"Espero que China no vea simplemente a Italia como el punto débil de Europa. Me refiero a que los chinos no se crean que a través de su presencia en Italia puedan adquirir cosas que no podrían adquirir en ningún otro lugar", comenta el empresario, Federico Pacorini.

En Italia, los puertos son de titularidad pública y según la legislación no se pueden vender. No obstante, el Estado italiano puede otorgar concesiones a empresas privadas. Sin embargo, los responsables de la Autoridad Portuaria de Trieste no consideran a las mercancías chinas como una gran amenaza**: "Hasta dónde yo sé, los productos chinos tienen marcas europeas. Vemos que más de tres cuartos, el noventa por ciento de los productos chinos que llegan a Europa tienen nuestras marcas"**, dice su presidente, Zeno D'Agostino.

Trieste está ampliando su plataforma logística. Todo para domar al gigante asiático porque, como dicen muchos italianos, vale la pena correr el riesgo.

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