Del 9 al 26 de mayo, el Festival Internacional de Títeres y Formas Animadas (FIMFA) presenta lo mejor del teatro de marionetas y la animación, procedente de nueve países europeos, además de Estados Unidos, Irán y Mozambique.
El Festival Internacional de Títeres y Formas Animadas (FIMFA) ha regresado a Lisboa.
Han pasado casi dos décadas desde que todo tipo de marionetas, desde las gigantescas creaciones de papel maché hasta los títeres de sombra, se apoderan de la ciudad durante 18 días. Artistas de 22 compañías teatrales de todo el mundo muestran obras sobre temas de identidad y libertad.
Del 9 al 26 de mayo, el FIMFA presenta lo mejor del teatro de marionetas y la animación, procedente de nueve países europeos, además de Estados Unidos, Irán y Mozambique.
My Shadow and Me (mi sombra y yo), de Drew Colby del Reino Unido, utiliza el antiguo arte de las sombras dibujadas a mano en lo que se describe como "una caricatura creada en directo", un despliegue de pequeñas historias sobre encuentros entre diferentes personajes. La pieza se centra en el tema de nuestras sombras y nuestra relación con ellas, inspirándose en el poema My Shadow de Robert Louis Stevenson.
Un cruce entre títeres y coreografías, 'Tierras Invisibles', en el Teatro Livsmedlet de Finlandia, hace que los cuerpos humanos se conviertan en paisajes para figuras diminutas, refugiados que huyen de la guerra y la miseria. Aventurosas caminatas para los personajes a través de las espaldas y hasta las plantas de los pies.
Al aire libre están los Gigantes de Mozambique, con un espectáculo callejero de enormes figuras de papel maché y percusión. En su espectáculo O Bazar e as suas, el grupo de jóvenes artistas organiza una celebración cultural de Mozambique, que también aborda los problemas a los que se enfrenta el país, entre ellos la corrupción y las desigualdades sociales.
El director de FIMFA, Luís Vieira, dijo: "El teatro de marionetas es un teatro muy particular. A diferencia del teatro de actores, es un teatro que requiere la participación activa del espectador.
"Los titiriteros no tienen que hacer mucho, tienen que crear la magia de la ilusión, tienen que crear la sensación de que algo va a suceder. El resto lo hace el público. Es el público el que construye el espectáculo".