El gigante aeronaútico estadounidense asegura que ha corregido defectos en los programas de estos simuladores que no eran capaces de reproducir algunas condiciones de vuelo, como las que propiciaron el accidente del vuelo 302 de Etiopian Airlines.
Boeing entona el mea culpa al reconocer por primera vez defectos en los simuladores de vuelo de su modelo 737 Max, el tipo de avión implicado en las dos catástrofes aéreas que han provocado 346 muertos, en Indonesia y en Etiopía.
La empresa estadounidense asegura que ha corregido defectos en los programas de estos simuladores que no eran capaces de reproducir algunas de las condiciones de vuelo reales para la formación de los pilotos.
Condiciones como las que propiciaron, por ejemplo, el accidente del vuelo 302 de Ethiopian Airlines, un 737 Max 8, en las cercanías del aeropuerto de Addis Abeba, el pasado 10 de marzo. El gigante aeronaútico afirma en un comunicado que "Boeing está trabajando estrechamente con los fabricantes del sistema y los reguladores en estas modificaciones y en mejoras para asegurarse que la formación (de los pilotos) por parte de los clientes (las empresas) no se vea afectada".
Boeing afronta una semana decisiva.
El jueves está prevista una reunión de los reguladores de aviación civil de todo el mundo para revisar las modificaciones introducidas. De momento los 737 Max siguen en tierra.