Nuevas infraestructuras y planes de desarrollo concretos, para la economía africana

Nuevas infraestructuras y planes de desarrollo concretos, para la economía africana
Por Serge KOFFI
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La 54ª asamblea anual del Banco Africano de Desarrollo concluye en Malabo con compromisos formales para el desarrollo económico del continente. Entre otros: la cooperación interregional, la construcción de nuevas infraestructuras y el impulso de la digitalización de los servicios financieros.

¿Cómo facilitar la integración regional en África para incentivar el desarrollo económico del continente? Más de dos mil expertos han participado en la reunión anual del Banco Africano de Desarrollo, celebrada en Malabo, Guinea Ecuatorial. Una tormenta de ideas de la que han salido acuerdos y proyectos concretos para impulsar el desarollo del continente. Estos son los puntos fuertes.

Impulsar la cooperación interregional: un factor prioritario

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La reunión tuvo lugar entre el 11 y el 14 de junio en Sipopo, un barrio de Malabo, la capital guineana.  En esta quincuagésimo cuarta asamblea del Banco Africano de Desarrollo, participaron más de dos mil personas. Expertos, representantes gubernamentales, empresas, universitarios y sociedad civil han compartido sus puntos de vista sobre lo que se necesita hacer para favorecer la integración regional, y los desafíos necesarios para incentivar el desarrollo del continente africano.

La integración: factor clave para asegurar el ascenso del continente. La integración regional implica la abolición de las fronteras y la mejora de la construcción de vías de comunicación. El Banco Africano de Desarrollo ha invertido hasta ahora más de 13.200 millones de euros para financiar infraestructuras de integración regional, en los últimos 5 años.

Su Presidente ha establecido cinco prioridades estratégicas para acelerar el desarrollo continental. La principal es fortalecer la integración entre países. Un ejemplo de la misma es el puente Senegambia, inaugurado en enero de 2019. Conecta las dos orillas del río Gambia y por consiguiente contribuye a impulsar el comercio y la integración regional a través de un corredor entre Dakar, Banjul, Bissau, Cotonú, Abiyán y Lagos.

Las obras de infraestructura fueron financiadas por el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) con cerca de 83 millones de euros. El puente ha facilitado la red de conexiones entre carreteras y se ha reducido considerablemente el tiempo de viaje. Según Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de desarrollo, "las oportunidades económicas que ofrece el continente generan mucha expectación. Son ilimitadas. La nueva zona de libre comercio continental en Afríca va a contibuir a que el continente sea la mayor zona de libre comercio del mundo. El PIB combinado, rondará los 3 billones, con B de euros. Por el mero hecho de abolir las tarifas aduaneras, el comercio, que ahora representa el 53% entre países, podría facilmente duplicarse."

África Central dispone del 60 por ciento de la tierra cultivable del planeta

La región de África Central es una de las menos integradas del continente. La institución financiera panafricana ha asignado 3.900 millones de euros en siete años para proyectos de inversión destinados a fortalecer vínculos entre países. Esta subregión cubre una superficie equivalente a las tres cuartas partes de Rusia y tiene una población de unos 130 millones de habitantes. Un mercado potencial que sigue estando muy segmentado debido a la multiplicación de las fronteras nacionales. Con el fin de fomentar la integración subregional, el Banco Africano de Desarrollo no solo se ha comprometido a construir infraestructuras de calidad, sino también a desarrollar el comercio interregional y la inversión transfronteriza.

Ousmane Dore, Drector general para África central del banco Africano de Desarrollo subraya que "la región de África Central dispone hoy en día de un enorme potencial de recursos naturales y humanos. Pero va a la zaga en términos de comercio intraregional. Si medimos el volumen del comercio intraregional, éste se sitúa aquí en un 6 por ciento, frente a un índice de integración, cuya média en el continente es del 17 por ciento."

La agricultura forma parte de los sectores que debería cobrar impulso con la integración regional de la economía. El continente dispone del 60% de la tierra cultivable disponible en el mundo y es una pieza maestra para asegurar la alimentación en el planeta. Uno de los retos de los agriculores africanos es precisamente conjugar su producción con las cadenas de distribución regionales e internacionales.

Esta es precisamente la ambición del programa "Alimentar a África" lanzado en Malabo por el Banco Africano de Desarrollo en colaboración con Corea del Sur. Hwangroh Lee, embajador surcoreano en Guinea Ecuatorial destaca que "el gobierno de Corea del Sur comenzó a ayudar al continente africano a principios de este siglo. El año pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores creó la Fundación África para ayudar al continente. En esta reunión contamos con la presencia de un representante de Busán, que presenta un sistema de drones para el sector agrícola en África." 

Según Oyebanjo Oyelaran Oyeninka, asesor del presidente del BAD en industrialización, "los agricultures africanos no obtienen mucho rendimiento de sus tierras. Mejorar la productividad es un gran problema que podría solventarse gracias a la innovación y las nuevas tecnologías. El aislamiento de ganaderos y agricultures es una cortapisa para la mejora de la productividad, que podría incertivarse si éstos se organizaran en grupos. De forma aislada son vulnerables porque, en caso de enfermedad, por ejemplo, su explotación corre peligro; pero si forman parte de una asociación o una cooperativa, pueden hacer frente a lo imprevisible."

Según el Banco Africano de Desarrollo, la necesidad mundial de la industria agroalimentaria es de alrededor de 7.000 millones de euros y supera con creces la del sector de las tecnologías de la información y la industria automotriz.

En 2019, se espera que el crecimiento africano se sitúe en el 4%, y en 2020 en el 4'1%; pero seguirá siendo insuficiente para reducir el desempleo y la pobreza. Para que favorezca a un segmento de la población mayor, no sólo sería necesario desarrollar las infraestructuras, sino también lograr una mayor inclusión financiera.

El desarrollo de la financiación digital, clave

La tasa de actividad bancaria en África sigue siendo extremadamente baja, solamente el 43% de la población adulta posee una cuenta bancaria. Los expertos creen que la financiación digital en el continente debería promover el acceso a los servicios bancarios para la mayor parte de la población.

Teniendo esto en cuenta, el Banco Africano de Desarrollo y sus socios han lanzado en Malabo el Mecanismo Africano de Inclusión Financiera Digital (ADFI) con el fin de reforzar la seguridad y el desarrollo de las transacciones financieras digitales en el continente. El objetivo del mismo es promover el acceso a los servicios financieros digitales para 332 millones de africanos, de los cuales el 60% son mujeres. A largo plazo, se espera contar con alrededor de 88 millones de euros de donaciones y otros 265 millones más, procedentes de los recursos del capital ordinario del Banco, de aquí a 2030.

Vanessa Moungar, responsable de la paridad dé género y de la sociedad civil en el Banco Africano de Desarrollo es potimista: "Creemos que el espacio digital acelerará la inclusión financiera. Actualmente, la infraestructura tradicional tiene sus límites: no podremos disponer de un banco comercial en cada pueblo africano, porque llevaría muchísimo tiempo conseguirlo y representa un coste infraestructural enorme. Además habría que ver si los diferentes países y los sectores de actividad están dispuestos a realizar ese tipo de inversiones. Sin embargo, el servicio digital abre un abanico de posibilidades y permite sortear los ostáculos del sistema tradicional. Con el ADFI, pretendemos acelerar la inclusión financiera y de aquí a 2030, integrar a más de 330 millones de personas en ese espacio digital financiero", declara.

Esos fondos se destinarán a desarrollar los servicios financieros electrónicos para las comunidades con los ingresos más bajos. Para Pierre Guislain, videpresidente del Banco Africano de Desarrollo, encargado de infraestructuras e industrialización, para "el lanzamiento oficial del Mecanismo Africano de Inclusión Financiera Digital, trabajamos con una serie de socios. En primer lugar, la Fundación Bill y Melinda Gates, pero también con los Gobiernos de Luxemburgo y Francia, y esperamos que otras entidades se sumen a él. El objetivo es garantizar que los 332 millones de africanos que hoy en día no forman parte del sistema financiero, tengan acceso a él; que se conecten y sean capaces de participar realmente en una red económica más estructurada, de aquí a 2030. El 60% de ese total, serán mujeres. Conseguir que éstas se involucren más en la economía es absolutamente esencial para acelerar el desarrollo."

La tecnología digital permite ampliar el acceso a los servicios financieros a millones de individuos, incluyendo las mujeres. El Banco Africano de Desarrollo apuesta por estas nuevas herramientas para integrar en el fistema financiero formal y reglamentado, a millones de africanos que actualmente no lo utilizan.

Durante esta asamblea general anual, se rubricaron varios acuerdos bilaterales. Uno de ellos es la iniciativa "Boost Africa/E-Lab". Una iniciativa conjunta del Banco Africano de Desarrollo y del Banco Europeo de Inversiones para el empleo de los jóvenes en África. Su objetivo es aprovechar al máximo el potencial del continente y multiplicar las oportunidades sobre el terreno. El acuerdo prevé una subvención de unos dos millones y medio de euros. Raymond Furrer, encargado de la cooperación económica y delegado del Gobierno suizo dice que han "aprovechado la ocasión para firmar junto al Banco Africano de Desarrollo una parte del proyecto de impulso a África que estamos cofinanciando. Se trata de una excelente iniciativa entre la Unión Europea y el Banco Africano de Desarrollo y podemos contribuir a que funcione de la mejor manera posible. Es uno de los proyectos que estamos financiando para respaldar el desarrollo de África. Se centra en ayudar a los jóvenes empresarios a implementar sus ideas y hacerlas realidad. Es una especie de ayuda a las incubadoras, a las empresas de nueva creación, para colocarlas en el mercado y ver cómo los jóvenes empresarios pueden invertir en buenas ideas, crear puestos de trabajo e innovación y contribuir a que sus sectores de producción, avancen."

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Entre los retos más urgentes: la lucha contra la pobreza y la mejora de la calidad de vida

La lucha contra la pobreza y la mejora de la calidad de vida en el continente son otros de los retos de la institución, que promueve inversiones de capital público y privado en proyectos y programas en aras del desarrollo económico y social del continente. Para lograr estos objetivos, se aprobó un aumento de los fondos propios de Banco Africano de Desarrollo. Ingrid Olga Ghislaine Ebouka-Babackas, gobernadora de la institución financiera para la zona de África central asegura que son "muy optimistas porque a nivel del Banco Africano de Desarrollo, hay accionistas regionales y no regionales. Pero el proceso de toma de decisiones se establece por consenso, y quien dice consenso, dice acuerdo, es decir concesiones por ambas partes. Estamos seguros de que lograremos convencer a ciertos socios no regionales de que se sumen a la mayoría de los Estados africanos que piensan que es necesario inyectar fondos en la institución para impulsar la integración regional. La financiación de infraestructuras supone desembolsos consecuentes."

AKinwimi Adesina, presidente del Barco Africano de Desarrollo agració la presencia y el apoyo de los asistentes con estas palabras: "Gracias al apoyo de nuestros accionistas, el Banco Africano de Desarrollo ahora es sólido. Gracias a todas las personas que han asistido a esta reunión y contribuyen a que podamos hacer frente al futuro, en confianza"

En 2018, el Banco Africano de Desarrollo contribuyó a la instalación o rehabilitación de 2.430 km de líneas eléctricas y a la instalación de generadores con una capacidad de 447 megavatios. El impacto representa un acceso a mejores tecnologías agrícolas para 19 millones de personas y mejores servicios de transporte para 14 millones de individuos.

Fuentes adicionales • Aurora Vélez

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