Las judocas españolas Julia Figueroa y Ana Pérez Box se colgaron el bronce en las categorías de -48 y -52 kilos respectivamente en el Gran Premio de Budapest de judo.
El judo es mucho más que un deporte, es una familia en la que no se deja a nadie atrás. El Gran Premio de Budapest vivió un momento histórico con la participación del primer equipo de refugiados que, tal y como se vería más tarde, merecen tener un lugar entre la élite.
Comenzamos con nuestra mujer del día, la campeona del mundo de 2017, la japonesa Funa Tonaki. En la final de hasta 48 kilos se enfrentó a la kosovar Distria Krasniqi en un combate entretenido. Con un waza ari cada una, fue la japonesa quien terminó imponiéndose en la técnica de oro.
Le entregó la medalla la secretaria de estado húngara para el deporte, Tunde Szabo
En la misma categoría y tal y como lo hicieran en la final del Gran Slam de Bakú el pasado mes de mayo, la española **Julia Figueroa **se enfrentó a la madrileña Laura Martínez. Sin embargo esta vez el premio sería para la judoca cordobesa.
El kazajo Yeldos Smetov fue nuestro hombre del día. Habiendo demostrado estar en forma durante los preliminares se enfrentó a Boldbaatar Ganbat de Mongolia en la final de la categoría de -60 kilos.
Smetov se aseguró su sexta medalla de oro en un gran premio con una llave perfectamente sincronizada en los últimos 20 segundos de combate.
Las medallas fueron entregadas por Pal Schmitt, miembro del Comité Olímpico Internacional y antiguo presidente húngaro.
En la categoría de -57 kilos, la vigente campeona olímpica Rafaela Silva derrotó a Nora Gjakova para colgarse el oro.
En la categoría de -66 kilos, el campeón fue Kherlen Ganbold. Dos oros en dos semanas para el judoca de Mongolia. La vicepresidenta de publicidad de la CNN, Corinna Keller le colgó la medalla.
Japón se llevó un segundo oro en la categoría de -52 kilos cuando Chishima Maeda derribó a la suiza Fabienne Kocher por waza ari.
La sorpresa del día llegó cuando la campeona olímpica en Río, la kosovar Majlinda Kelmendi, fue derrotada por la española Ana Pérez Box en la lucha por el bronce en la categoría de -52 kilos.
Nuestro movimiento del día lo protagonizó el iraní Mohammad Rashnonezhad del equipo de refugiados.
Una jornada brillante para los aficionados al judo húngaros que conocieron a algunos de sus héroes y vivieron un día que nunca olvidarán.