EL conflicto duró apenas cinco días, pero provocó unos 23.000 desplazados, muchos de los cuales no han vuelto a sus hogares
PUBLICIDADLas tumbas de soldados que murieron en un conflicto que tan solo duró cinco días han sido cubiertas con flores. Georgia ha conmemorado el once aniversario de la guerra con Rusia por las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia con la esperanza de poder reparar los daños, como demanda el primer ministro Mamuka Bakhtadze: "La ocupación es el dolor que debería unirnos a todos, a pesar de nuestras afiliaciones políticas. Es un dolor y un desafío a nivel nacional y confío en que Georgia superará la ocupación."
El ocho de agosto de 2008 soldados rusos entraron en Georgia después de que Tblisi lanzara una operación militar a gran escala contra las fuerzas separatistas de Osetia del Sur que, junto a Abjasia, estaba bajo la influencia de Moscú.
Desde Bruselas, la Unión Europea, mediante Carlos Martin Ruiz De Gordejuela, portavoz de la Comisión, ha reiterado su apoyo a Georgia y ha condenado las acciones rusas en la región: "La Federación de Rusia no sólo ha mantenido sino que ha aumentado su presencia militar tanto en Abjasia como en Osetia del Sur, en violación del derecho internacional y de los compromisos contraídos en virtud del acuerdo del 12 de agosto de 2008".
El Kremlin ha explicado por escrito a Euronews que la operación tenía un solo objetivo: acabar con la agresión de Georgia y prevenir posibles ataques futuros. Además, alega que sus acciones fueron "proporcionales" a la "amenaza de Georgia" y que los militares abandonaron el territorio al final del conflicto.
Se estima que unos 23.000 georgianos huyeron de Osetia del Sur a otras regiones, muchos de los cuales vivieron en alojamientos temporales con el anhelo de regresar a sus hogares. Uno de ellos es Edik Gogidze, quien recuerda que "la historia de mi vida quedó allí, mis antepasados vivieron allí, y ni siquiera puedo visitar sus tumbas".
La efemérides supone un amargo recuerdo para los desplazados por un conflicto cuyas consecuencias siguen más vivas que su recuerdo.