El temor a un nuevo ataque de supuestos matones callejeros no impidió que los manifestantes salieran a la calle por décima semana consecutiva
El descontento con el Gobierno y la injerencia de China en los asuntos de Hong Kong sigue llevando a la calle a los manifestantes, e incluso a realizar una sentada masiva en el aeropuerto.
Este domingo, por décima vez consecutiva, los agentes antidisturbios volvieron a lanzar gases lacrimógenos contra la multitud, reunida en esta ocasión junto al barrio obrero de Sham Shui Po.
Los arrestos, se cuentan por docenas.
El temor a un nuevo ataque de supuestos matones callejeros en la ciudad no ha amendrantado a los manifestantes, aunque muchos comercios en Fujian, en el sureste de China, no abrieron sus puertas por temor a los destrozos.
El pasado día 5, en esa zona se registró una batalla campal en la que decenas de hombres armados con palos se enfrentaron a manifestantes, aunque se retiraron después de que éstos, muy superiores en número, no cediesen ante ellos.
También se repitió una nueva sentada en el aeropuerto Internacional de Hong Kong , en donde se entregaron folletos y octavillas para tratar de concienciar a los visitantes extranjeros sobre la injerencia de China en Hong Kong en la peor crisis que vive la isla en las últimas cinco décadas.