Al aceptar la suspensión del Parlamento solicitada por el primer ministro, Boris Johnson, la reina del Reino Unido allana el camino a un Brexit duro.
La reina Isabel II acepta la suspensión temporal del parlamento británico solicitata por Boris Johnson: todo un seísmo político que genera polémica y que la oposición tilda de paso "antidemocrático", porque bloquea cualquier amago por evitar un "Brexit" sin acuerdo el 31 de octubre.
La suspensión del Parlamento británico: ¿Un seísmo político?
"Es una política de "rompe y rasga" de nuestra democracia para forzar un Brexit sin acuerdo, asegura el lider laborista Jeremy Corbyn. ¿De qué tiene tanto miedo que necesita suspender el Parlamento para evitar que éste pueda debatir estos asuntos?"
La Liberal Demócrata Jo Swinson considera que Johnson prescinde así la voz del pueblo, lo que considera inaceptable.
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, lo describe como "un día negro para la democracia británica."
Mientras que Philip Hammond, exministro de Economía, habla de "un acto profundamente antidemocrático".
Por su lado, el Presidente del Parlamento británico, John Bercow ha calificado la medida anunciada por Johnson de "aberración constitucional", que lo que busca es evitar debatir el Brexit.
La Comisión Europea ha evitado especular sobre las consecuencias de la suspensión temporal del Parlamento británico hasta el 14 de octubre,
"No vamos a especular sobre lo que esto significa para los próximos pasos en los procedimientos parlamentarios británicos. Sobre esto debe responder el Reino Unido." decía la portavoz comunitaria Mina Andreeva.