El político luxemburgués deja en la historia de la Comisión una página marcada por su astucia como negociador, sus excentricidades, e innumerables anécdotas.
Se va con elementos de satisfacción, algunos arrepentimientos, pero feliz de iniciar su ansiada jubilación, “en otro lugar”: Jean-Claude Juncker, el hasta ahora presidente de la Comisión Europea, ha vuelto a echar mano de la ironía que le caracteriza en su último encuentro con los periodistas en Bruselas: "El euro y yo, -ha dicho- éramos los únicos supervivientes del Tratado de Maastricht. Ahora el euro se queda solo"
El hombre que ha llevado las riendas del Ejecutivo comunitario durante cinco años se ha mostrado "muy preocupado" por el deterioro del Estado de derecho en algunos países de la UE: "En lo que respecta al Estado de Derecho, me preocupa que en más de un país no se respete lo suficiente".
Sobre si piensa darle algún consejo a su sucesora, consejo Ursula von der Leyen, el político luxemburgués ha asegurado que él no recibió ninguno al llegar al cargo y que ella tampoco los tendrá. "Lo que debe hacer, -afirmó- es cuidar a Europa"