Las recientes subcampeonas del mundo fueron recibidas en Madrid por cientos de aficionados tras su medalla de plata conseguida en el Mundial de Japón.
Recibimiento de oro. Tras su espectacular torneo en Japón, donde se hicieron con la medalla de plata del Mundial, las chicas de la selección femenina de balonmano fueron objeto de un recibimiento por todo lo alto. Un premio casi más valioso que una medalla que resumía el trabajo hecho por las chicas de Carlos Viver más allá de la cancha.
"El llegar aquí y ver a tanta gente, a tanta gente joven, tantas niñas, es una maravilla", confesaba el seleccionador nacional. "Es lo mejor que nos podría haber pasado".
"Esto es demasiado, es una pasada", decía una emocionada Silvia Navarro. "Se ha congreado un montón de gente. Se lo agradecemos de verdad".
Las guerreras se quedaban este domingo a las puertas del oro tras una disputadísima final contra Holanda que se decidió en los últimos segundos por una polémica decisión arbitral. Una amarga manera de cerrar un campeonato cuya recompensa final no estaba en Japón, sino en Madrid.