La retirada de la Alianza Neoflamenca hizo caer al Gobierno de Charles Michel hace un año. Desde entonces, el país sigue adelante con un Gobierno interino.
Bélgica lleva un año con un Gobierno provisional. Todo comenzó el 18 de diciembre de 2018, cuando la coalición del entonces primer ministro, Charles Michel, cayó después de que el mayor partido del país, los nacionalistas de Alianza Neoflamenca retiraran su apoyo por la política migratoria.
Desde entonces, un grupo de derecha sin mayoría en el parlamento se ha encargado de gestionar el día a día. El territorio está regido ahora por la primera jefe de Gobierno mujer, Sophie Wilmes, aunque sea de forma interina. Los gobiernos regionales han ayudado a mantener el país en marcha, pero su capacidad fiscal es limitada.
Hay ciudadanos que tildan de "fachada" la política belga, "ya que incluso cuando no hay Gobierno todo sigue funcionando bien". A pesar de la importancia de flamencos y neerlandófonos, hay quien también marca la división política como factor principal.
Dave Sinardet, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Bruselas, considera que gran parte de los ciudadanos no conecta con los líderes: "Es evidente que la clase política ha fracasado colectivamente a la hora de formar un Gobierno, pero todavía existe la impresión de que todos los partidos políticos están enredados en una lógica estratégica y partidista en lugar de pensar en el interés general y formar un gobierno.
A corto plazo, Bélgica sigue adelante, pero muchos votantes sostienen que entre los flamencos y los francoparlantes hay una necesidad de un proyecto a más largo plazo.