En la sublevación, que puso fin a más de 40 años de comunismo, más de 1000 personas perdieron la vida.
PUBLICIDADA finales de diciembre de 1989 y en plena caída del telón de Acero en Europa del Este, una revolución popular en Rumanía expulsaba del poder al dictador Nicolau Ceaușescu. Este domingo, 30 años, después muchos rumanos han rendido homenaje Bucarest a aquellos que perdieron la vida en este episodio histórico para el país. En su recuerdo, globos blancos con el lema libertad.
"Rumanía tiene dos caras: una positiva, y otra negativa. Es progresista pero también estancada, algo que no me gusta", expresaba una manifestante.
Entre los asistentes al homenaje, figuras políticas como el Presidente rumano Klaus Iohannis y el Primer Ministro Ludovic Orban. En la sublevación de 1989 que puso fin a más de 40 años de comunismo, más de 1000 personas perdieron la vida. Tras ser capturado cuando intentaba huir junto a su esposa, Ceaușescu, que había desarrollado todo un culto a su personalidad, fue ejecutado.