Las tropas de Basar al Asad, con el apoyo de la Fuerza aérea rusa ocuparon un puesto de observación turco en el noroeste de Siria. Tomaron las dos ciudades rebeldes de Maaret al-Numan y Sarakeb.
Las tropas de Bashar al Asad, con el apoyo de la Fuerza aérea rusa ocuparon un puesto de observación turco en el noroeste de Siria. Tomaron las dos ciudades rebeldes de Maaret al-Numán y Sarakéb.
Ahora están casi desiertas,la mayor parte de la población ha huido. Al menos ocho civiles murieron cuando varios misiles cayeron sobre una escuela, según fuentes de la oposición.
Más de 40 aldeas en la región están ahora bajo control de Damasco.
La ONU estima que al menos 80,000 personas han tenido que abandonar sus casas y huyen sin destino fijado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó en Nueva York este martes a través de su portavoz, su alarma por la reciente escalada de violencia. Stephane Dujarric, portavoz de Guterres aseguró:"Seguimos profundamente preocupados por la seguridad de más de tres millones de civiles en Idlib. La ONU ha negociado una pausa humanitaria de seis horas para permitir que más de 2.500 personas pudieran escapar de forma segura. Continuamos nuestros esfuerzos con todas las partes para trabajar por la protección y el paso seguro de todos aquellos que deseen huir de las áreas afectadas".
Entre los aproximadamente tres millones de civiles en Idlib, último bastión opositor contra Damasco, también hay decenas de miles de combatientes islamistas.
Recientemente, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, amenazó reiteradamente con que Turquía podría abrir su frontera para permitir a los desplazadas hacia la UE.