La epidemia de coronavirus ha apagado completamente las celebraciones del nuevo año lunar, la principal festividad del país, con templos y atracciones turísticas cerrados. En Indonesia o Malasia la comunidad china ha festejado la fecha con más alegría.
La principal festividad del país ha quedado totalmente apagada por la epidemia de coronavirus, con templos, teatros y atracciones turísticas cerradas a cal y canto para evitar contagios.
Pekín ha suspendido sus tradicionales ferias de los templos y ha clausurado la Ciudad Prohibida hasta nuevo aviso.
Calles solitarias que contrastan con los brillos de la gran gala televisiva de Nochevieja, seguida por más de mil millones de espectadores, en la que se alabó la solidaridad del pueblo chino ante esta descomunal emergencia sanitaria.
En Malasia, el primer ministro Mahathir Mohamad y su esposa se unieron este sábado a las celebraciones del año nuevo lunar en homenaje a la comunidad china que vive en su país.
En Yakarta, la comunidad china ha realizado sus ofrendas en el templo de Dharma Bhakti, en el barrio chino de la capital indonesia.
Y en Corea del Norte el año nuevo comenzó con los habituales tributos al padre de la patria, Kim il Sung y a su hijo Kim Jong il. En Pionyang niños sonrientes han patinado y volado cometas. Las fronteras del país han sido cerradas para evitar la entrada del virus.