La tensión y los gases lacrimógenos han vuelto a la frontera turco-griega, tras dos días de relativa calma.
Vuelve la tensión a la frontera turco-griega, tras dos días de relativa calma.
Las autoridades griegas han utilizado gases lacrimógenos y cañones de agua para rechazar un intento de los migrantes de cruzar la frontera desde Turquía, en el puesto fronterizo de Kastaniés de Evros. La parte turca también ha disparado gases hacia el lado griego de la frontera, según Atenas.
La policía helena repelió, el jueves, la entrada de 1.871 personas en este punto y detuvo a ocho migrantes que lograron entrar en su territorio.
En la última semana, desde que Turquía decidió cambiar su política migratoria para presionar a Bruselas, más de 36.000 refugiados y migrantes han intentado entrar en Grecia. De los más de 250 que han sido arretados, la mayoría son afganos (64%), después paquistaníes (19%) y turcos (5%). Solo el 4% son sirios.