Las drásticas medidas tomadas por los Gobiernos europeos para evitar la propagación del coronavirus generan miedo al desabastecimiento entre la ciudadanía y largas colas en las tiendas de alimentos
Las drásticas medidas tomadas por los Gobiernos europeos para evitar la propagación del coronavirus han generado miedo al desabastecimiento entre la ciudadanía. En Francia, este lunes eran visibles largas colas para acceder a las tiendas.
"Venimos a comprar después del fin de semana. Es una verdadera locura. Es como en tiempos de guerra", explica un parisino.
"Estamos a la espera de un confinamiento inminente. Así que vamos, simplemente, a llenar la nevera y a hacer las compras de primera necesidad para los próximos días, pero no vamos a vaciar la tienda", señala una parisina.
Los supermercados de buena parte del Viejo Continente han empezado a regular el acceso de los clientes para evitar aglomeraciones, pese a que las autoridades han garantizado que el suministro de alimentos está asegurado.
"Todo está bien. Tenemos plena capacidad y cantidad de productos para los próximos tres meses por lo menos, por lo que no hay peligro real ni pánico", asegura Adonis Georgiadis, ministro de Desarrollo de Grecia.
El Ejecutivo italiano lleva tiempo enviando el mismo mensaje. Las colas ordenadas muestran que su mensaje ha calado en una sociedad que lleva semanas de confinamiento y se ha acostumbrado a las circunstancias excepcionales.
"Creo que en este tipo de situaciones debemos ser obedientes y ordenados. Veo que la gente está reaccionando positivamente", opina un italiano.
En toda Europa, se ha desatado una ola de solidaridad para ayudar a los más necesitados. En Rumanía, voluntarios hacen la compra a ancianos y enfermos, las personas más vulnerables frente al coronavirus, para evitar que salgan a la calle y se expongan al contagio.