Varios países extreman las medidas y los controles para hacer respetar el distanciamiento social durante la celebración de una de las grandes fechas del cristianismo.
PUBLICIDADEuropa del Este es una de las regiones del mundo donde con más fervor se celebra la llegada de la Pascua, y el coronavirus no parece ser impedimento para cumplir igualmente con las tradiciones. En Varsovia, Polonia, los sacerdotes confiesan a los fieles en los aparcamientos de las iglesias. Los templos permanecen estos días prácticamente vacíos, ya que no se permite la presencia de más de cinco personas a la vez en misa.
En Rumanía, y a pesar de las recomendaciones sobre el distanciamiento social, cientos de personas llenaron los mercados de la capital en busca de los articulos necesarios para celebrar esta fecha tan señalada. La policía se vio obligada a controlar el acceso e incluso a cerrar algunos mercados ante el gran número de personas que hacían imposible el respeto de las normas impuestas.
En Serbia, los drones originalmente diseñados para rociar pesticidas agrícolas han sido adaptados para desinfectar lugares públicos de la ciudad de Kraljevo. Este tipo de fumigación aérea esta prohibida en gran parte de Europa, pero fue la que se llevó a cabo en la ciudad de Wuhan, o en Dubai.
Medidas especiales también en Lituania, donde la policía ha aumentado los controles para tratar de evitar desplazamientos vacacionales con motivo de la Semana Santa. Más de 3000 agentes han sido desplegados por todo el país este fin de semana para evitar la propagación innecesaria del virus.
Pero no poder desplazarse no significa no poder celebrar la Pascua. Así lo han demostrado cerca de 180 ancianos del asilo de Ostrava, en República Checa, que estos días disfrutan de varias actuaciones musicales con las que tratan de sobrellevar lo mejor posible la imposibilidad de estar con los suyos en estos días tan señalados. Toca estar separados para poder volver a estar juntos.