Europa impulsa el uso de la bicicleta como vehículo de transporte urbano durante el desconfinamiento. Todo para mantener la distancia social y evitar contagios especialmente en las grandes ciudades.
**¡Todos en bicicleta! **
En esta tienda de París, liquidaron en pocas horas las sesenta bicicletas de segunda mano que habían puesto a la venta a un precio asequible, entre los 70 euros la más económica y los 250 euros la más cara.
Y es que muchos franceses volverán el lunes al trabajo a golpe de pedal para evitar las aglomeraciones del transporte público y mantener la distancia social
"Yo había abandonado un poco la bicicleta y estoy un poco angustiada por el transporte público, por el metro, o sea que pienso que sí que iré con la bicicleta", comenta Sylvie Leger, una parisina que acaba de comprar su nuevo vehículo.
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Otra gran capital europea como Roma, también apuesta por pedalear.
Aunque la orografía de la parte antigua es complicada, el ayuntamiento ha señalizado 150 kilómetros de calles con carriles especiales. Tras el levantamiento parcial de las restricciones, sólo un 15% de viajeros han vuelto a utilizar el tren o el autobús para sus desplazamientos.
"Desafortunadamente Roma es una ciudad muy antigua, entonces no se puede garantizar la seguridad de las bicicletas en todas las calles pero esto es muy importante", explica Alessandro Marchini, vecino de la capital italiana.
Barcelona es una de las ciudades europeas con más infraestructuras para las bicicletas.
En esta nueva etapa, se amplían 21 kilómetros más de carriles especiales y además se gana espacio en la calzada para los peatones en detrimento de los coches.