Las farmacéuticas se protegen ante el rápido desarrollo de la vacuna anti-COVID

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Por Ana LAZARO
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Los contratos que la Comisión Europea está negociando en nombre de los Estados miembros prevé mecanismos para indemnizar a las farmacéuticas en caso de que se detecten efectos secundarios indeseados

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La industria farmacéutica está trabajando a marchas forzadas para lograr una vacuna contra el COVID-19 y quiere tener las espaldas cubiertas.

En los contratos que está negociando con la Comisión Europea se están incluyendo cláusulas para que los Estados miembros compartan la responsabilidad en caso de que provoquen efectos secundarios indeseados.

“Es nuestro interés tener estas vacunas lo antes posible y por eso hemos incluido en estos contratos la posibilidad de indemnizar a los productores de vacunas ante ciertas responsabilidades”, explica Vivian Loonela, portavoz de la Comisión Europea.

El sector farmacéutico alega que el objetivo es evitar que los litigios se prolonguen en el tiempo, lo que también jugaría a favor de los pacientes.

“Los gobiernos podrían crear un fondo que luego se administraría y en caso de que hubiera una reacción adversa a una vacuna en particular, los ciudadanos podría tener la certeza de poder acceder a esos fondos rápidamente”, dice Andy Powrie-Smith, de la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas (EFPIA).

Los expertos denuncian falta de transparencia y consideran importante saber exactamente qué tipo de disposiciones hay en los contratos. Está en juego la credibilidad de las vacunas, en un momento en que proliferan las campañas de los anti.

“Huelga decir que esto es fundamental para que haya confianza en las vacunas y en el manejo de emergencias sanitarias, y para la seguridad de los pacientes. Se trata de cuestiones muy delicadas que los burócratas no deberían negociar a puerta cerrada”, afirma Yannis Natsis, de la Alianza Europea para la Salud Pública.

La Comisión Europea está negociando con las farmacéuticas en nombre de los Estados miembros con el objetivo de conseguir vacunas seguras en las mejores condiciones.

Ya ha firmado un contrato con la compañía AstraZeneca para adquirir 300 millones de dosis. Y ha concluido acuerdos preliminares de compra anticipada con cuatro compañías más: Sanofi-GSK, Johnson and Johnson, Curevac y Moderna.

A los Estados miembros les corresponderá un número de dosis proporcional a su población. Pero algunos denuncian que en la carrera habrá perdedores.

“Lo que todavía me preocupa es que los países ricos estén en condiciones de alcanzar estos acuerdos de compra anticipada unilateralmente, mientras que los países pobres no tienen esta posibilidad”, denuncia Ellen’t Hoen, experta legal en medicamentos.

La Comisión Europea trata de compensarlo, contribuyendo financiera a COVAX, una coalición de países que trabaja para que la vacuna llegue a todos.

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