El dueño de un café, en una azotea, organizó una velada especial a la que llamó 'Ópera de luna llena' y que permitió que los amantes del género musical pudieran escuchar algunos clásicos.
El coronavirus impide las actuaciones teatrales en Praga. Los sesenta y dos miembros del Teatro Nacional checo están en cuarentena desde el lunes. Pero no todo está perdido para quienes deseen asistir a un espectáculo. El dueño de un café, en una azotea, organizó una velada especial a la que llamó 'Ópera de luna llena' y que permitió que los amantes del género musical pudieran escuchar algunos clásicos.
"Es una gran oportunidad para oir algo de música, y no se necesita mascarilla porque es un espacio abierto", declara Ondrej Kobza, propietario del café y creador del proyecto.
En su propósito de preparar una noche para el recuerdo, el organizador del evento apostó por contar con la presencia de dos estrellas checas de notable prestigio y reconocimiento internacional. Así, contrató al reputado barítono-bajo checo, Adam Plachetka y a su mujer Katerina Knezikova para cantar desde lo alto del Palacio de Lucerna. A los artistas les encantó la idea. Consideran que el las restricciones provocadas por la COVID-19 han hecho que la gente sea más creativa.
"El Coronavirus hizo que todos dejáramos de hacer lo que estábamos haciendo y tuvimos tiempo de pensar en cosas inusuales y formas alternativas de actuar", afirma el cantante Adam Plachetka.
En principio, el artista checo tenía programadas varias actuaciones en dos grandes ciudades de Europa como son: Viena y París. Pero disfrutó de la experiencia de tomar parte en una velada singular que superó las expectativas del público.
"Me ha gustado mucho que un hombre acostumbrado a grandes salas de conciertos, actuara para un grupo tan pequeño de personas y en un espacio tan agradable, aquí, en Praga", señalaba una espectadora tras la actuación.
La voz de Katerina Knezikova llenó de música y color la noche de la capital checa. La artista puso su sello a la ópera Rusalka, una de las obras checas más reconocidas.
"La luna llena, visible al final de la noche, ofreció un cierre perfecto a una velada inolvidable para los aficionados a la ópera, quienes se mostraron encantados con el evento", concluye Jiri Skacel, corresponsal de Euronews en la República Checa.