La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, ha asegurado que a pesar de la represión la oposición no se rendirá.
Se cumple un mes de las multitudinarias manifestaciones contra Aleksander Lukashenko y la situación en Bielorrusia está lejos calmarse. El arresto de la opositora María Kolésnikova ha sido la gota que ha colmado el vaso y al pulso en la calle se le ha sumado el apoyo internacional.
En una visita a Varsovia para reunirse con el primer ministro, Mateusz Morawiecki, Svetlana Tijanóvskaya ha asegurado que la oposición no se detendrá.
"Este es el punto de no retorno. El pacífico pueblo bielorruso se ha enfrentado a una gran violencia por parte de las autoridades a principios de agosto, cuando la gente fue arrastrada y metida en la cárcel para ser torturada."
Lukashenko persona "non grata"
Lituania, Estonia y Letonia, han incluido al presidente bielorruso en su lista de personas "non grata". Los tres países bálticos, junto con Polonia, apoyan plenamente el movimiento opositor. Por su parte, el Gobierno alemán ha acusado a Bielorrusia de utilizar "métodos del salvaje oeste" por el secuestro de María Kolésnikova, sobre cuya situación exige "información inmediata".
La opositora fue detenida en la frontera con Ucrania, tras resistirse al intento de las autoridades de obligarla a salir del país. Una versión que contradice el Gobierno, asegurando que "María Kolésnikova intentó salir ilegalmente del territorio de la República de Bielorrusia, pero fue detenida en la frontera".
Los compañeros de la opositora denunciaron que Kolésnikova fue secuestrada el lunes en el centro de Minsk por varios enmascarados que la subieron a un minibús y se la llevaron con destino desconocido.
Hasta ahora la gran pregunta era dónde estaba ya que se desconocía su paradero, pero este miércoles su familia ha confirmado que se encuentra en un centro de detención en Minsk. Una información que no todavía no han confirmado las autoridades.
Reforma constitucional y nuevas elecciones
Como salida a la crisis en la antigua república soviética, las autoridades han propuesto una amplia reforma constitucional y la convocatoria de elecciones legislativas y presidenciales para 2022. La reforma constitucional, que será votada por los bielorrusos en referéndum, reducirá las facultades del jefe del Estado en favor del Gobierno y el Parlamento.
Minsk mantiene que la reforma constitucional es la única vía de salida a la crisis, aunque la oposición mantiene que es un instrumento para ganar tiempo y, de esa forma, aplazar sine die el cumplimiento de sus principales demandas: elecciones libres y la renuncia del poder de Alexandr Lukashenko.