Buenos Aires avanza en la reapertura y mira a la temporada turística. Cafés y restaurantes ya pueden recibir clientes en su interior. Las reglas se suavizan, mientras el virus azota provincias del interior
Buenos Aires ha dejado de ser el punto negro de la pandemia en Argentina, al tiempo que el virus y las restricciones se extienden hacia otras provincias del interior del país.
La capital prosigue su reapertura gradual, con nuevas medidas de alivio en diferentes sectores. Reabren los gimnasios, los centros de danza, así como los espacios interiores en bares y restaurantes, que hasta ahora se tenían que conformar con la actividad en sus terrazas.
En todos los casos, con importantes limitaciones de aforo y medidas sanitarias. Aún así, supone algo de fuelle para lugares como el café Los Galgos, un clásico de Buenos Aires.
_"De un día para el otro no atendimos más al público. Que esto se reactive es bastante fuerte y significativo para nosotros (...) _Si este lugar desaparece, Buenos Aires también se va", asegura el encargado del café.
Tras siete meses de restricciones, con duros efectos económicos, la población también pide aire.
"Creo que es necesario a nivel humano, psicológico, emocional... Necesitamos estas salidas, este contacto con amigos, con gentte, con seres queridos", asegura una clienta del ca´fé.
Mientras la capital y su región, zona más poblada y motor económico de Argentina, navega por la nueva normalidad, preocupa la situación en provincias como Córdoba o Santa Fe, donde la pandemia empeora.
Argentina se acerca al verano tras superar el millón de casos desde el inicio de la crisis sanitaria, mientras se plantea **qué hacer con el importante sector turístico. La apertura de fronteras por aire y mar con los países limítrofes está sobre la mesa. **