Las autoridades locales habían desplegado camiones militares desde primeras horas de la mañana, cerraron también diez estaciones de metro y suspendieron el servicio de internet durante varias horas
Pese a la represión, los opositores al presidente bielorruso Alexandr Lukashenko, no se rinden.
Este domingo volvieron a manifestarse como lo vienen haciendo desde las elecciones presidenciales del pasado nueve de agosto que consideran fraudulentas al igual que los países occidentales.
Más de 200 personas fueron detenidas, tan sólo en la capital Minsk donde miles de manifestantes salieron a las calles como en otras ciudades de Bielorrusia, sobre todo en Grodno y Brest, consideradas las más críticas con Lukashenko por su cercanía con Lituania y Polonia.
La policía informó en un comunicado de que había detenido a los "participantes más activos" en la protesta y acusó a los manifestantes desplegar símbolos y pancartas prohibidas, en referencia a la bandera rojiblanca de la independencia y carteles contra el Gobierno.
Camiones militares desplegados
Con el fin de impedir la marcha de los manifestantes hasta el centro de la capital, las autoridades locales habían desplegado camiones militares desde primeras horas de la mañana, cerraron también diez estaciones de metro y suspendieron el servicio de internet durante varias horas.
Lukashenko, en el poder desde 1994, ha propuesto reformar la Constitución para limitar los poderes presidenciales, lo que ha sido rechazado por la oposición en el exilio, que lo considera una maniobra para ganar tiempo y perpetuarse en el poder.
La oposición bielorrusa , que recibió en octubre el premio Sájarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia, exige la repetición de las presidenciales y la liberación de todos los presos políticos.
