"Somos esenciales", este es el mensaje que ha sacado a las calles de Lyon al gremio de restaurantes, hoteles, clubes nocturnos y dueños de comercios.
Discotecas y clubes nocturnos no han reabierto en Francia, pero los trabajadores sí han salido a las calles de Lyon para hacer escuchar su música y sus reclamaciones ante el gobierno francés.
El personal de restaurantes, bares, discotecas y organizadores de eventos lleva sin trabajar durante meses.
"Hace mucho tiempo que no trabajamos y vamos a tratar de que la gente entienda que todos son esenciales", clama el Dj Budda, mientras pincha su música ante la multitud
Los restaurantes podrían reabrir en el país galo a finales de enero si la situación sanitaria mejora, pero muchos piensan que las restricciones están mal gestionadas.
"Justo antes del confinamiento, fui a un restaurante donde se aplicaban todas las normas sanitarias, y me sentí mucho más seguro que en los supermercados", opina Gilles Paris, viticultor que trabaja para varios restaurantes.
El confinamiento y la reducción del turismo también está afectando a otros establecimientos que sí permanecen abiertos, como los hoteles, cuya ocupación apenas alcanza una cuarta parte de su capacidad.
"Hay un sentimiento general de desmotivación al que se une el hecho de ver a tus empleados llegar al trabajo con menos motivación, así que es muy complicado", describe Fabrici Lipinski, director de un hotel en Lyon.
"Somos esenciales", este es el mensaje que quieren transmitir estos restaurantes, hoteles y dueños de comercios. Critican la "falta de ayuda" del gobierno y también la actitud adopdata por algunas aseguradoras".
Algunas tiendas no esenciales reabrieron en el país galo hace una semana, pero siguen sin ver la luz al final del túnel.
"Cuando se tienen exisencias que valen cientos de miles de euros y no hay ingresos, ni siquiera 10.000 son suficientes para compensar las pérdidas", nos cuenta anne Delaigle, diseñadora de moda en Lyon**.**
Otro problema es que muy pocas aseguradoras cuentan con pólizas que cubran una pandemia, y las que lo hacen, siempre encuentran alguna excusa para no pagar o retrasar los pagos, lo que ha generado decenas de reclamaciones en los tribunales.
"Es claramente una falta de solidaridad. Nos han pedido que cerremos dos veces y los únicos que no ayudan son aquéllos a los que pagamos para que nos protejan: las compañías de seguros", añade Anne.
Las aseguradoras afirman haber pagado cerca de 4000 millones de euros en indeminizaciones, y prevén que el coste de la pandemia será similar al de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos (4.700 miilones) o al de los huracanes de 2017 (4.800 millones).