El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, predica con el ejemplo y presta su brazo para inaugurar la campaña de vacunaciones contra la COVID-19 en Israel, que ya cuenta cuenta con 300.000 dosis de la vacuna de Pfizer y recibirá 4 millones más en los próximos días, casi para inocular a la mitad
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, predica con el ejemplo y presta su brazo para inaugurar la campaña de vacunaciones contra la COVID-19 en Israel, que ya cuenta cuenta con 300.000 dosis de la vacuna de Pfizer y recibirá 4 millones más en los próximos días, casi para inocular a la mitad de la población.
El gesto de Netanyahu no ha calmado en absoluto las protestas antigubernamentales que sacuden el país desde hace seis meses, manifestaciones en la que se exige su renuncia por estar involucrado en varios casos de corrupción y por su mala gestión de la pandemia. Protestas que podrían desembocar en las cuartas elecciones en dos años.