Sudáfrica ha superado el millón de casos de COVID-19. La pandemia avanza a marchas forzadas de la mano de una variante del virus que, como la británica, es mucho más contagiosa. El Gobierno ha impuesto medidas draconianas
Sudáfrica se ha convertido en el primer país de África en superar un millón de casos de coronavirus. Los contagios se ha disparado en la última semana de forma alarmante, debido a la aparición de una variante de la COVID-19 que, como la británica, se transmite con mayor facilidad.
El Gobierno prohíbe la venta de alcohol y endurece las medidas
En este contexto, el Gobierno sudafricano ha vuelto a imponer medidas draconianas para tratar de contener el virus, entre ellas la prohibición de vender bebidas alcohólicas, así como el uso obligatorio de mascarilla en espacios públicos, bajo amenaza de multa y de penas de hasta seis meses de cárcel.
"Cualquier persona que no lleve una mascarilla que le cubra la nariz y la boca estará cometiendo un delito, por lo que podría ser arrestada y procesada", advirtió en un mensaje a la nación el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
También quedan prohibidas todas las reuniones, salvo los funerales, a los que podrán asistir hasta 50 personas. El toque de queda comenzará antes, desde las nueve de la noche hasta las seis de la mañana.
La COVID-19 ya ha dejado más de 26.700 muertos. El miedo a la variante del virus, bautizada 501.V2, provocó que días atrás países como Alemania, Suiza, Turquía, Israel o Arabia Saudí suspendieran todos los vuelos con Sudáfrica.