Violaban todas las restricciones de la pandemia. Las autoridades tardaron día y medio en intervenir. Ha habido varias detenciones y cientos de participantes han sido denunciados
Fueron cuarenta horas de fiesta antes de que los mossos d'esquadra disolvieran la rave de Nochevieja en la que participaron unas 300 personas procedentes de varios países europeos. La policía autonómica catalana irrumpió finalmente el sábado en esta nave industrial abandonada en Llinars del Valles, Barcelona. La juerga acabó con dos detenidos, cinco investigados y 215 denunciados.
La tardanza en suspender la concentración ha provocado tensiones entre las consejerías de Interior y Sanidad catalanas.
"Valía la pena correr el riesgo"
La rave de Lieuron, en la Bretaña francesa duró 36 horas y fue mucho más multitudinaria: 2500 asistentes, siete detenidos y 1200 multados.
Pero, para algunos, valía la pena el riesgo después de tanta pandemia y tanto encierro.
"Sabíamos a lo que nos arriesgábamos, pero queríamos venir a divertirnos. Todo está bloqueado, el mundo de la cultura ha sido bloqueado desde toda esta mierda. Teníamos que venir y apoyar a los organizadores que se esfuerzan por hacer algo", comentaba una joven.
"Nos hemos castigado durante un año y no me veía pasando una nochevieja sin irme de fiesta", decía un asistente.
La fiscalía ha abierto una investigación por poner en peligro la vida de otros, violencia deliberada contra agentes de policía y consumo de drogas.