Un caso de incesto y pedofilia sacude al establishment político y social francés

El presidente francés Nicolas Sarkozy, a la izquierda, señala al socialista Olivier Duhamel, 2º a la derecha, en 2007
El presidente francés Nicolas Sarkozy, a la izquierda, señala al socialista Olivier Duhamel, 2º a la derecha, en 2007 Derechos de autor MICHEL EULER/AP
Por Feyrouz con EFE
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Camille Kouchner acusa a su padrastro, el político Olivier Duhamel, de haber abusado sexualmente de su hermano y a su madre Evelyne Pisier, destacada feminista, escritora y profesora de pensamiento político, de haber guardado el silencio

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Un escándalo de incesto y pedofilia sacude al establishment cultural, político y social francés.

La hijastra del mediático politólogo Olivier Duhamel, que fue eurodiputado socialista, publica este jueves un libro en el que le acusa de haber abusado sexualmente de su hermano mellizo cuando éste era adolescente, hace una treintena de años.

La justicia acaba de tomar cartas en el asunto abriendo una investigación por los delitos de violaciones y agresiones sexuales a cargo de una persona con autoridad sobre un menor.

En un comunicado, la Fiscalía indicó que ya hubo un procedimiento previo por este caso hace unos 10 años, pero entonces la presunta víctima no lo quiso denunciar y Duhamel, que tiene ahora 70 años, no tuvo que prestar declaración archivándose el tema en 2011.

Ahora, de las investigaciones se encarga la Brigada de Protección de Menores de la Policía Judicial, que tiene la misión de aclarar los hechos, comprobar si están prescritos e identificar a cualquier otra víctima potencial.

Olivier Duhamel ha reaccionado dimitiendo de su cargo de presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas, FNSP, para "preservar las instituciones" después de ser "objeto de ataques personales".

'La Familia Grande'

El asunto ha salido a la luz porque Camille Kouchner, la hijastra del politólogo y antiguo parlamentario europeo socialista (entre 1997 y 2004) lo cuenta en un libro, titulado "La Familia Grande", del que el diario Le Monde y el semanario L'Obs adelantaron diversos extractos. Y desde entonces, las lenguas se han desatado.

Camille Kouchner, especialista en derecho laboral que tiene ahora 45 años, ha revelado que su madre Evelyne Pisier, destacada feminista, escritora de obras como 'De repente la libertad' y profesora de pensamiento político, conocía los hechos y le pidio guardar silencio; su muerte en 2017 la libera de esta promesa.

En su libro, Camille Kouchner afirma que su padrastro a finales de los 80 y durante dos años y medio abusó de su hermano, al que en su relato llama Victor para ocultar su verdadero nombre, un secreto que ella guardó también a petición de este último que temía las consecuencias que estas revelaciones podrían tener en su vida, y a su vez sentía vergüenza y todavía ahora se niega a hablar públicamente de estos hechos.

Según su hermana ambos estaban consternados y no entendían como ese hombre, culto, educado con carisma y con cierta fama, que era el marido de su madre, entraba en la habitación del entonces adolescente para abusar de él.

Y si el padrastro era famoso, el padre de Camille y de su mellizo lo es todav`´ía más; se trata de Bernard Kouchner cofundador de Médicos Sin Fronteras y exministro francés de Exteriores bajo el Gobierno de Nicolás Sarkozy.

Bernard Kouchner dice haberse enterado de lo sucedido a su hijo a comienzos de los años 2010 pero, por las mismas razones que su exmujer y madre de los mellizos, Evelyne Pisier, guardó silencio. Este lunes se decidió a publicar un comunicado en el que rindió homenaje al "valor" de su hija Camille por contarlo ahora.

"Los casos de incesto son historias de mutismo y de omertá. Esta es una serie de silencios intrincados", exp`lica Camille Kouchner.

Una ley de 2018, que no tiene carácter retroactivo y, por tanto, no se podría aplicar a estos hechos en caso de que se demostraran ciertos, aumenta el periodo de prescripción de los abusos contra menores a 30 años (20 años anteriormente) después de que la víctima alcance la mayoría de edad, es decir, hasta los 48 años.

Pero haya o no haya juicio, Francia está conmocionada por estas revelaciones ya que los hechos, si se confirman, se han producido en lo más alto de la élite intelectual y social, la que tiene capacidad en Francia para dictaminar lo que es politicamente correcto, lo que hay que pensar y decir.

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