Chile, adalid mundial de la vacunación contra la COVID-19

**Vacunar, vacunar y vacunar, con todo el arsenal sanitario y todos los medios disponibles. Esa es la filosofía de Chile para luchar contra una pandemia que sigue sin dar tregua y que ha abocado al Gobierno de Piñera a reclamar un aplazamiento de las elecciones constituyentes. **
Este martes, después de cinco días registrando cifras récord, con más de 7 000 nuevos casos diarios, el país suramericano consiguió bajar a 5 400 contagios. Esto ocurre con el 80 % de la población confinada y los hospitales al límite de su capacidad.
Simultáneamente, Chile está llevando a cabo una campaña de vacunación contra la COVID-19 extraordinariamente rápida. Al menos 6,5 millones de personas han recibido la primera dosis, uno de los porcentajes de inmunización más elevados del mundo, solo por detrás de Israel y de Emiratos Árabes.
Vacunaciones a domicilio en zonas rurales
Todos los días de la semana, las ambulancias acuden a vacunar a domicilio a los mayores que viven en zonas rurales.
"Nos acercamos porque sabemos la realidad de mucho adulto mayor que no tiene como llegar y salimos a vacunar a sus domicilios en los campos. Salimos a vacunar todos los días, con sus primeras y segundas dosis", explica una sanitaria que participa en la operación.
"Me siento feliz de que hayan venido acá a la casa porque así evito yo de ir a contagiarme", dice una mujer.
Acuerdo con CanSino para comprar 1,8 millones de dosis
Chile vacuna con dosis del conglomerado estadounidense-alemán Pfizer/BioNTech, del laboratorio chino Sinovac y del británico AstraZeneca, y quiere aprobar cuando antes las vacunas del laboratorio CanSino, con el que acaban de firmar un acuerdo, como explicó el presidente Sebastián Piñera.
"Hemos llegado a un acuerdo con CanSino (...) que nos permite adquirir 1,8 millones de dosis adicionales de esta vacuna. CanSino es una vacuna de origen chino-canadiense, en base a tecnología de adenovirus humano, y tiene una particularidad, requiere una sola dosis", dijo el mandatario.
Pese a este frenesí de vacunación, Chile se encamina a posponer las macroelecciones constituyentes cinco semanas, hasta el 15 y el 16 de mayo, con la esperanza de que para entonces la segunda ola de la pandemia empiece a remitir. La decisión sobre el aplazamiento de los comicios está en manos del Parlamento.