Chile ha retrasado cinco semanas, hasta mediados de mayo, las elecciones históricas con las que busca sentar las bases de un nuevo marco político y constitucional que sustituya al heredado de la dictadura de Augusto Pinochet. El Parlamento chileno aprobó el martes la prórroga...
Chile ha retrasado cinco semanas, hasta mediados de mayo, las elecciones históricas con las que busca sentar las bases de un nuevo marco político y constitucional que sustituya al heredado de la dictadura de Augusto Pinochet. El Parlamento chileno aprobó el martes la prórroga propuesta por el Gobierno a instancias del sector médico, que estaba alarmado por la nueva oleada de contagios que sufre el país. El presidente, Sebastián Piñera, promulgó inmediatamente el aplazamiento y se dirigió así a la ciudadanía:
"Las razones que tuvo nuestro Gobierno para promover esta postergación son muy sólidas, y son, básicamente, dos: Primero, cuidar la salud de nuestros compatriotas. Y segundo, cuidar la salud de nuestra democracia", afirmó el mandatario.
Y es que, a pesar del éxito del plan de vacunación chileno, el país sufre de lleno el azote de la pandemia y vuelve a tener los hospitales al borde de la saturación. El número de nuevos contagios por COVID-19 se disparó y el Gobierno se vio forzado a decretar un nuevo gran confinamiento nacional y cerrar sus fronteras. Celebrar unos comicios trascendentales en estas condiciones era inasumible para Piñera:
"Estas mismas consideraciones, además, anticipaban una alta abstención de la ciudadanía si las elecciones se realizaban durante el próximo fin de semana. Y un alta abstención, sin duda, afecta a la salud de nuestra democracia", añadió Piñera.
De los comicios del próximo 15 y 16 de mayo surgirán los constituyentes, quienes tendrán entre 9 y 12 meses para redactar la nueva Carta Magna, cuya ratificación será sometida a referéndum.