Se une así a la decisión de Estados Unidos de abandonar el país, justo 20 años después del atentado en Nueva York que acabó propiciando la intervención en Afganistán.
La OTAN sigue los pasos de Estados Unidos y anuncia su retirada de Afganistán.
Pocas horas después de que el presidente Joe Biden confirmara su intención de sacar por completo a las tropas estadounidenses del país asiático, hacía lo propio la Alianza Atlántica. La ministra de Defensa de Alemania lo resumía en pocas palabras: "Siempre lo dijimos: entramos juntos y saldremos juntos", comunicaba Annegret Kramp-Karrenbauer.
Después de que la administración Trump acordara la retirada para el 1 de mayo, finalmente esta se producirá el 11 de septiembre, fecha más que significativa, cuando se cumplirán justo 20 años del atentado contra las torres gemelas que acabó desencadenando la intervención en Afganistán.
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Tanto para Washignton como para la OTAN, la situación ahora es bien diferente, como recordaba en Euronews el ex secretario general adjunto de la Alianza, Jamie Shea: "Los talibanes no pueden hoy por hoy derrotar al Ejército Nacional Afgano, que ha sido debidamente entrenado por la OTAN y por Estados Unidos, esa es la buena noticia", recordaba Shea. "Pero sí son capaces de llevar a cabo todos estos asesinatos contra jueces, periodistas y funcionarios del Gobierno, y tratar así de desmantelar la futura élite afgana, así que ciertamente representan una amenaza. Por otro lado, mantener las tropas estadounidenses y las de la OTAN, de forma indefinida 20 años después del 11-S, tampoco era la solución para hacer avanzar el proceso de paz".
La OTAN cuenta en estos momentos con casi 10.000 efectivos, más de 2500 de ellos estadounidenses. La intención es la de retirar a todos ellos de manera segura, gradual y sin condiciones, confiando en que las repetidas conversaciones de paz con los talibanes, el trabajo de actual Gobierno afgano y lo cosechado durante los últimos 20 años consigan realmente dar sus frutos.