Este sábado, cuando se cumplen 106 años de la tragedia sucedida en la Turquía otomana, Joe Biden se convertirá en el primer presidente estadounidense en ejercicio que reconozca la masacre como genocidio, según medios estadounidenses, y que pondría en riesgo sus relaciones ya frágiles con Turquía.
Armenia recuerda a las víctimas del genocidio de su pueblo en un acto solemne que marcó este sábado el 106º aniversario de la masacre y el desplazamiento forzoso de hasta 1,5 millones de armenios en la Turquía otomana.
En Tsitsernakaberd, el monumento conmemorativo nacional ubicado en Ereván, estuvieron presentes el primer ministro Nikol Pashinyan y el presidente Armen Sarkissian, así como delegaciones de otros países para rendir sus respetos.
Turquía reconoce la muerte de civiles armenios durante los intentos de deportación en 1915, pero los encuadra en un contexto bélico con Rusia en el este de Anatolia durante la I Guerra Mundial, y se niega tajantemente a aceptar el término de genocidio.
Sin embargo, 29 países han reconocido hasta ahora como genocidio lo ocurrido hace más de un siglo, incluidos varios de Europa y Latinoamérica, además de Rusia y Siria, dos enemigos de Ankara.
Pero por primera vez, la balanza se inclina a la causa armenia: el Gobierno de Estados Unidos podría tomar posición sobre el hecho histórico, una medida que promete aumentar las tensiones con Turquía. Medios estadounidenses aseguran que el presidente Joe Biden se referirá a la matanza como "genocidio", convirtiéndose en el primer mandatario en ejercicio del país en hacerlo.
Se espera que Biden haga el anuncio este sábado, coincidiendo con la conmemoración anual del Día del Recuerdo del Genocidio Armenio, según funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato y quienes se refirieron a las deliberaciones internas.
Los armenios llevan mucho tiempo presionando para que la masacra sea reconocida como un intento de exterminación de su pueblo.
"Estados Unidos es un país grande, un país fuerte. Me parece que si reconocen el genocidio tendrá un gran impacto en otros países y quizás incluso en Turquía y Azerbaiyán", dice el profesor armenio, Tsarik Safaryan.
Según fuentes oficiales citadas por el New York Times, la decisión de Biden no derivará en la imposición de sanciones a Turquía, a pesar de que Estados Unidos forma parte de la convención de la ONU contra el genocidio de 1948, que pide a los Estados castigar ese crimen.
No obstante, sí se espera que debilite la relación con Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, mantuvo una relación cálida con el expresidente Donald Trump, pero bastante fría con Biden cuando era vicepresidente de Barack Obama, entre 2009 y 2017.