La cumbre busca descongelar el diálogo entre EE. UU. y Rusia, que atraviesa quizá su peor momento desde la Guerra Fría. La cooperación en seguridad podría ser unos de los puntos en común para esta cumbre.
La cumbre de Joe Biden y Vladímir Putin, que se celebra este miércoles en Ginebra, va a ser un encuentro maratoniano de 5 horas sin almuerzo, ni conferencia de prensa conjunta prevista. Este cara a cara ruso-estadounidense llega en un momento en el que las relaciones diplomáticas están en su nivel más bajo desde hace décadas. La reunión cuenta con fuertes medidas de seguridad y se prevé el corte de los aledaños al lago Lemán.
Biden mantuvo este martes una reunión bilateral con el presidente suizo, Guy Parmelin con quien estudia la cooperación en vacunas y el cambio climático.
El regreso de Estados Unidos
El mandatario estadounidense asistió antes al encuentro del G7, y a las cumbres de la OTAN y la UE, recalcando que EE.UU. y su liderazgo internacional, han vuelto, marcando un punto y aparte con su predecesor Donald Trump.
Ciberataques, Ucrania o la represión a opositores rusos... son algunas de las líneas rojas que Biden planteará a Putin. Además abordarán los conflictos en Oriente Medio, Siria, Libia o Nagorno Karabaj.
Descongelar el diálogo
La cumbre busca descongelar el diálogo entre EE. UU. y Rusia, que atraviesa quizá su peor momento desde la Guerra Fría. La cooperación en seguridad podría ser unos de los puntos en común para esta cumbre.
Sanciones y expulsiones diplomáticas
Washington ha ampliado sanciones contra Rusia y critica su deriva cada vez más autoritaria, mientras que Rusia ha declarado oficialmente como "país hostil" a Estados Unidos. Tras mutuas expulsiones diplomáticas, la vuelta de sus respectivos embajadores podría ser uno de los resultados de la cumbre.