UAGADUGÚ, 24 jun - La masacre perpetrada en el noreste de Burkina Faso, en la que murieron más de 130 personas, fue llevada a cabo por niños de entre 12 y 14 años, dijo el gobierno.
Los asaltantes armados atacaron la aldea de Solhan en la noche del 4 de junio, abriendo fuego contra los residentes y quemando sus casas. Fue el peor ataque en años en una zona plagada de yihadistas vinculados a Estado Islámico y al Qaeda.
El portavoz del gobierno, Ousseni Tamboura, dijo que la mayoría de los atacantes eran niños, lo que provocó la condena de la ONU.
"Condenamos enérgicamente el reclutamiento de niños y adolescentes por parte de grupos armados no estatales. Se trata de una grave violación de sus derechos fundamentales", dijo la agencia de la ONU para la infancia, Unicef, en un comunicado el jueves.
A pesar de las intervenciones de las fuerzas de paz de la ONU y las fuerzas armadas internacionales, los ataques de extremistas islamistas continúan en la región del Sahel de África Occidental, incluidos los vecinos Malí y Níger.
Funcionarios locales en el norte de Burkina Faso, donde los yihadistas controlan grandes áreas, dijeron que los grupos islamistas recurrieron a los niños soldados el año pasado, pero el ataque de este mes fue el caso de más alto perfil.
Este acto representó un nuevo mínimo para el empobrecido país de África Occidental, que ha experimentado desde 2018 un fuerte aumento en los ataques contra civiles y soldados.
Cientos de personas han muerto y más de 1,2 millones han sido desplazadas, según Unicef. Muchas se han visto obligadas a ir a campamentos improvisados repartidos por el árido norte, este y centro. Además, se han cerrado más de 2.200 escuelas, cerca de una de cada diez, lo que afecta a más de 300.000 niños.