BRUSELAS, 12 jul -El ejecutivo de la Unión Europea no cumplió su propio plazo para aprobar miles de millones de euros de ayuda a la recuperación económica de Hungría, retrasando su decisión en un intento por obtener concesiones en materia de Estado de Derecho por parte de Budapest.
Hungría va a recibir 7.200 millones de euros procedentes de fondos de estímulo de la UE, destinados a reactivar el crecimiento económico, que se ha visto afectado por la pandemia de coronavirus.
Los fondos comenzarán a fluir una vez que la Comisión Europea, con sede en Bruselas, apruebe los planes nacionales sobre el modo de invertirlos para garantizar la transición digital y ecológica, entre otros objetivos.
Sin embargo, la Comisión está utilizando el dinero como palanca para presionar a Hungría sobre el Estado de Derecho, un área en la que el cada vez más autoritario primer ministro Viktor Orbán ha chocado en la UE.
Una portavoz de la Comisión dijo el lunes que aún se estaba analizando el plan presentado por Budapest y que podría plantearse un retraso mayor en caso de que se considere que aún se necesitan "meses y no días" para tomar una decisión al respecto.
Aunque la portavoz no quiso dar detalles, el Comisario de Economía del bloque, Paolo Gentiloni, dijo la semana pasada: "Estamos trabajando en aspectos que tienen que ver con el respeto al Estado de Derecho".
La Comisión lleva tiempo intentando que Hungría mejore su proceso de contratación pública para combatir las "irregularidades sistémicas", o el fraude.
Orbán también ha enfurecido a muchos de sus homólogos de la UE en las últimas semanas con una nueva legislación que prohíbe en las escuelas los materiales que se consideren favorables a la homosexualidad, en lo que constituye la última de una serie de leyes consideradas discriminatorias y restrictivas de los derechos de las personas.
Budapest ha chocado con la UE en múltiples ocasiones por el trato que da Orbán a los inmigrantes y a los homosexuales, así como por el endurecimiento de las restricciones a la libertad de los medios de comunicación, los académicos y los jueces.
Orbán se presenta como un cruzado de lo que dice son los valores católicos tradicionales bajo la presión del Occidente liberal.