Actividad frenética y miedo en el aeropuerto de Kabul
Actividad frenética en el aeropuerto de Kabul en el tramo final de la retirada de Estados Unidos y de la OTAN de Afganistán. En 24 horas, el Pentágono ha conseguido sacar del país a cerca de 7 000 personas en un ambiente de desesperación y pánico a nuevos atentados como el que el jueves dejó más de 170 muertos, 13 de ellos soldados estadounidenses.
La tensión creciente es palpable. Para controlar a la multitud en las inmediaciones del aeropuerto, los talibanes no han dudado en disparar al aire. Pero también hay multitudes frente a los grandes bancos. Miles de funcionarios exigen el pago de salarios atrasados. Y hay largas colas frente a los cajeros automáticos, la única vía abierta para retirar los ahorros, aunque de forma limitada: solo se permite sacar 200 dólares al día.
"Tenemos muchos problemas en los bancos. Pedimos al gobierno que los reabra. Tenemos muchos problemas para sacar dinero de nuestra cuenta personal. La situación es así, que la gente está huyendo, pero el dinero de mucha gente se queda en su cuenta. Los bancos están bloqueados y no pueden prestar servicios", explicaba un cliente con desesperación.
La represalia por el atentado
Como respuesta al atentado del jueves, Estados Unidos afirma haber matado en un ataque con drones a un planificador de atentados del grupo Estado Islámico en el este de Afganistán. No ha comunicado su nombre ni si estaba directamente relacionado con el ataque del jueves.
Mientras tanto, en las inmediaciones del aeropuerto, marines estadounidenses cooperan en materia de seguridad con los mismos talibanes a los que su país declaró la guerra 20 años atrás.